Nieto: A Short Story in Spanish

Nieto en el campo
By Ana Padgett (Grade 12)


Nieto suspiró. Estaba agitado mientras sus padres manejaron lejos de la granja de los abuelos.

“¡Nos gusta que estés aquí!” dijo Abuela.

“Sí. Estás aquí a tiempo para ayudarme,” añadió Abuelo.

Nieto no supo lo que Abuelo estaba pensando, pero no estaba emocionado de estar aqui con las ovejas durante diez días. Miró al camino sucio una vez mas. No pudo ver el coche de su familia.

Con desgana, él seguió sus abuelos y entró en la casa pequeña. En la distancia, el vio las ovejas blancas y lanudas.

Esa noche, Abuelo y Abuela iban a dormir temprano.

“Debes dormir también, Nieto,” Abuela aconejó.

“Trabajamos temprano en la mañana,” dijo Abuelo.

¿Trabajo temprano? Nieto quería dormir tarde, pero se acostó sin quejas. Unos minutes pasaron, y el oyó el gallo canta en voz alta. ¿Ya es la mañana? El vio el reloj y sólo era las 2:45 en la mañana. ¡Que gallo loco! Nieto cerró los ojos otra vez.

A las cinco y media, él se despertó de nuevo.

“!Nieto, te despiertes!” llamó Abuela. “El desayuno está listo.”

Tropezando en las escaleras a causa de la falta de sueño, Nieto entró en la cocina y encontró un desayuno caliente en la mesa. Abuelo se sentaba en su silla. Después de comer, Nieto estuvo cansado, pero el seguió su Abuelo hasta el granero.

En el granero todo era peor. El gallo loco cantaba todavía. Cuando Nieto fue a dar el grano a las ovejas, ellas lo empujaron en el lodo. Se levantó y comenzó a arreglar su ropa.

Abuelo quería dar las vacunaciones a doce ovejas jovenes. Fue una tarea difícil porque Nieto no podia agarrarlas. Unas ovejas escaparon de él. Por eso Abuelo tenía que hacer la mayoría del trabajo.

Pero lo peor era que Nieto tenía que quitar la suciedad con una pala. ¡Que lio maloliente!

Cuando llega la hora del almuerzo, Nieto estaba muy cansado. Cuando salió del granero, una oveja puso la cabeza por la cerca. Indeciso, Nieto tocó la suave cabeza y la oveja cerró los ojos felizmente. Nieto rió. Ya tuvo un amigo.

Por primera vez desde habia llegado al campo, Nieto estaba contento pensando en las posibilidades. Ya hacía planes gloriosos. Al fin y al cabo, estos días en la granja no serían una tragedia.



English Translation

Grandson sighed. He was upset while his parents drove away from his grandparents’ farm.

“We are glad that you are here!” said Grandma.

“Yes. You're here in time to help me," Grandpa added..

Nieto did not know what Grandpa had in mind, but knew that he was not excited to be on the sheep farm for ten days. With one last glance down the dirt drive way, he followed his grandparents into their small cottage. In the distance he could see wooly white sheep.

That night, Grandfather and Grandmother went to bed early.

“You’d better turn in too, Nieto.” Abuela warned.

“Work starts early in the morning.”

Work…early! Nieto had been planning on sleeping in and relaxing during his visit! Being an obedient grandson, he went to bed quickly. After a few minutes, he heard the rooster singing loudly. Was it morning? Looking sleepily at his alarm clock, Nieto saw that it was only 2:45 a.m.! Crazy rooster! He closed his eyes.

At 5:30 he woke up again.

“Rise and shine sweety!” Grandma sang.

“Breakfast is ready!”

Stumbling out of bed, Nieto made it to the kitchen where a hot breakfast was already on the table. Grandpa was sitting in his chair. After eating, Nieto was tired, but followed Grandpa to the barn.

In the barn, things started to get worse. The crazy rooster was still crowing. Grandpa wanted to give twelve lambs their vaccinations, but it ws difficult for Nieto to grab them. Some sheep got away from. Because of this Grandfather had to do most of the work.

But the worst was that Nieto had to shovel the manure. What a greasy, smelly mess!

By lunchtime, Nieto was very tired. Just as he was leaving the barn, one of the sheep put his head through the fence. Hesitantly, Nieto reached touched his soft head. The sheep closed his eyes happily. Nieto smiled. He already had a freind.

For the first time since he had arrived in the country, Nieto felt happy thinking about the possibilities. He was already making great plans. After all was said and done, these ten days on the farm might not be so bad after all.