Juana Fernandez Morales (1895 - 1979) era poetisa uruguaya, considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX.
A los veinte años se casó con el capitán Lucas Ibarbourou, del cual adoptó el apellido con el que firmaría todas sus obras.
Tres años después de casarse, se trasladó a Montevideo, donde vivía hasta su muerte.
Sus primeros poemas aparecieron en periódicos, principalmente en La Razón (periódico principal de la capital).
Comenzó su travesía lírica con los poemarios Lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos marcados por el modernismo, que expresó con abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas, alusiones bíblicas y míticas.
El poema que sigue, escrito en 1960 para Nimia Vicens, una amiga puertorriqueña como "pequeño regalo de Pascuas", es representante de su obra.
RECONQUISTA
No sé de donde regresó el anhelo
De volver a cantar como en el tiempo
en que tenía entre mi puño el cielo
Y con una perla azul el pensamiento.
De una enlutada nube, la centella,
Súbito pez, hendió la noche cálida
Y en mí se abrió de nuevo la crisálida
Del verso alado y su bruñida estrella.
Ahora ya es el hino centelleante
Que alza hasta Dios la ofrenda poderosa
De su bruñida lanza de diamante.
Unidad de la luz sobre la rosa.
Y otra vez la conquista alucinante
De la eterna poesía victoriosa.
Juana de Ibarbourou
The dramatic opening of this poem is beautiful even in English:
I don't know from where the yearning returned
to once again sing as in the time
when I held the sky in my fist...
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